Accidente del Potro Rodrigo

24 de junio de 2000

Rodrigo Bueno alias El Potro, fue el músico que logró expandir el cuarteto a nivel nacional. Nació el 24 de mayo de 1973 en Córdoba capital, hijo de Beatriz Olave y Eduardo Bueno, ambos trabajadores de la industria musical. Muere el 24 de junio de 2000 en un accidente automovilístico en el cual podría haberse salvado si tuviera el cinturón de seguridad puesto. Había cumplido 27 años exactamente un mes antes.

Estado de la camioneta luego del evento
Estado de la camioneta luego del evento

Era un sábado con una leve llovizna a las tres de la mañana, donde El Potro había terminado de dar un espectáculo memorable que duró casi dos horas en City Bell. Tenían que regresar a C.A.B.A. y para ello volvieron por la autopista Ricardo Balbín (Ruta nacional n°1, Bs.As.-La Plata) en dos vehículos. En el primero una Ford Explorer (segunda generación) donde conducía Rodrigo (con 0,55 g/l de alcohol en sangre), al costado estaba Patricia Pacheco, su ex-pareja, con Ramiro, el hijo de ambos, a upa, atrás del conductor estaba Alberto "Cachi" Pereyra (uno de los asistentes del artista), Jorge "el Negro" Moreno (productor musical) y Fernando Olmedo (hijo del capocómico). En el segundo vehículo viajaba el resto de la banda. Antes de subirse al vehículo Fernando Olmedo le reclama por segunda vez que el broche del cinturón no se encontraba disponible mientras que Rodrigo le contesta "Tranquilo, Fer... Vamos despacio. No pasa nada" (la primera vez le dijo que seguramente está debajo del asiento y que tendría que desarmar toda la camioneta para ponerlo).

La conducción fue amena, ya que Rodrigo y Fernando contaban chistes. Sin embargo, en el telepeaje de Hudson, cambió el ánimo del conductor, no lo pudo pasar y comenzó a ponerse nervioso. Cuando pasaba por la localidad de Berazategui a la altura del kilómetro 27,5, una camioneta Blazer blanca conducida por Alfredo Pesquera los sobrepasa por la derecha y muy poca distancia con un leve roce entre el espejo retrovisor del lado derecho de la camioneta de Rodrigo y el vértice trasero izquierdo del rodado Chevrolet Blazer. Esto termina de cambiar el estado de ánimo del conductor, quien comienza a hacerle luces e intenta sobrepasarlo por la izquierda.

Rodrigo, que circulaba entre 120 y 130 km/h (algunas versiones dicen 144 km/h), realizó dos intentos de sobrepaso. En el primer intento, la camioneta Blazer, cerraba el paso para no permitirlo.

En el segundo intento, la camioneta Blazer dejó que la Explorer avanzara sobre su lateral izquierdo para volver a cerrar el paso. Entonces pegó el volantazo hacia la derecha e impactó contra el guardarrail empezando a dar vueltas sobre sí misma para detenerse 414 metros después.

En las primeras vueltas, sale despedido Fernando Olmedo y en otra de las siguientes, Rodrigo, ambos sin cinturón de seguridad. En este hecho, la cabeza de Rodrigo pegó de lleno contra el pavimento a 150 metros de la camioneta con fractura de cráneo con hemorragia cerebral. Fernando Olmedo murió por una fractura de tórax y traumatismos en la zona abdominal 40 minutos después en el hospital Evita Pueblo. El resto de los pasajeros sufrieron lesiones de distinto tipo.

Pesquera, fue acusado de homicidio culposo y absuelto en el año 2005 (ratificado por la Suprema Corte de Justicia bonaerense). Sin embargo, en el 2013, aparece muerto dentro de su auto con un disparo en la sien derecha. El arma del disparo era la misma que había matado a Miguel Ángel Graffigna quien apareció muerto sobre el asiento del acompañante de un Peugeot RCZ (que había comprado hacía menos de 24 horas) con un tiro en el pecho.

En la Explorer sin cinturón y con el niño a upa
En la Explorer sin cinturón y con el niño a upa

Para aprender del hecho vial:

Este caso deja claro la capacidad que tiene el cinturón de seguridad en mantener a los ocupantes dentro del auto, y por ende, en una situación controlada que aumenta sensiblemente la capacidad de salir con vida de un hecho vial. De las seis personas involucradas en el hecho vial, sólo resultaron fatales las personas que salieron despedidas del vehículo, las conclusiones surgen por sí solas. Debemos tener en cuenta, como es nuestra vida la que está en juego, es nuestro deber usarlo y nuestra responsabilidad, si somos conductores, pedir que se lo coloquen. También debemos enseñarle esto a nuestros hijos, para que ellos solos se lo coloquen sin esperar que alguien se lo indique y que decidan bajarse si el vehículo no lo tiene para que lo usen. Creo que esta es la enseñanza más importante que nos deja Fernando Olmedo... sin cinturón no hay traslado, nuestra propia vida está en juego. No hubiera costado nada levantar los asientos y sacar el broche del cinturón debajo de los mismos.

Por otra parte, a pesar del grave dolor de la pérdida, la desgracia fue con suerte, ya que nadie más salió muerto siendo que ninguno tenía puesto el cinturón y solamente se abrieron dos puertas en los vuelcos.

El caso de ramiro a upa de su madre, es emblemático, por un lado la madre asegura que su hijo se salvó por lo fuerte que lo sujeto y eso es una falacia, ya que no hay fuerza posible que tenga el ser humano para sostener a un niño en sus brazos en caso de choque frontal. La suerte fue que, por un lado, el vuelco los mantuvo en el asiento a ambos y que al no abrirse la puerta de ellos, no salieron despedidos los dos juntos como lo hizo Rodrigo o Fernando. Otro elemento de suerte, fue que la camioneta no traía de serie el airbag del acompañante, el cual hubiera sido fatal para el niño estando a upa de la madre.

El exceso de velocidad fue algo malinterpretado incluso por parte del juzgado bonaerense. Es claro que según el artículo 51 de la ley 24.449 en autopistas la máxima podrá llegar hasta 130 km/h, sin embargo, en el artículo 48 de la misma ley se prohíbe no respetar la velocidad precautoria. Ahora, si la máxima con terreno seco es de 130km/h, ¿no debería ser menor la velocidad en caso de piso mojado por lluvia?

En cuanto a los errores de Pesquera, podemos ver dos muy notorios. El primero es el de pasar por la derecha, donde el artículo 42 está bien claro que debe hacerse por la izquierda. El segundo error está en el inciso "e" del mismo artículo, donde se indica que una vez advertida la intención de sobrepaso, el vehículo que ha de ser sobrepasado deberá tomar las medidas necesarias para posibilitarlo, esto es circular por la derecha de la calzada y mantenerse, y eventualmente, reducir su velocidad, además, en artículo 45, vuelve a reforzar esta idea, en el inciso g donde dice que todo vehículo al que le haya advertido el que lo sigue su intención de sobrepaso, se debe desplazar hacia el carril inmediato a la derecha. Esto fue lo contrario a lo realizado por Pesquera cuando El Potro lo estaba sobrepasando.

Finalmente, podemos apreciar que la causa del accidente fue por un factor humano, sin embargo, la fatalidad del mismo pudo haber sido por un factor ambiental, en este caso la barrera de contención. La barrera de hormigón cumple dos funciones, la primera es evitar que el vehículo cruce a los carriles con sentido contrarios, y esta función la cumplió a la perfección. Sin embargo, la segunda función es la de contribuir con la vuelta del vehículo a la vía sin representar un riesgo para el resto del tráfico ni para el propio vehículo y en este caso, hubo una falencia. La sección transversal de estas barreras está diseñada para que las ruedas delanteras del vehículo se monten ligeramente sobre ella y volviendo el vehículo a la vía, pero si la velocidad es elevada las ruedas suben demasiado produciéndose el vuelco. La velocidad de 130 km/h o 144 km/h (un 10% de diferencia) debería resistir el vuelco dado que, en días sin lluvias, es una velocidad permitida o muy próxima a ella.

Como podemos ver, lo ocurrido con El Potro, nos sólo nos permite reflexionar como conductores, sino también como pasajeros exigiendo el cinturón y cómo concesionario de vía reviendo los elementos de seguridad de la misma.

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