Escapando, pero no de la Parka

Diana de Gales (36 años) fue un icono del siglo XX. Se convirtió tras el divorcio del príncipe Carlos, en la mayor celebridad mundial en buscar fotografiar en las décadas de los 80 y los 90. Éste éxito fue el fruto de su desgracia...

Diana había aterrizado el 30 de agosto de 1997, al mediodía, en el aeropuerto privado parisino Le Bourget en un jet privado de la familia Al Fayed. El vuelo procedía de la isla italiana de Cerdeña. Venía de pasar nueve días con Dodi Al Fayed (47 años) en las riberas francesa e italiana a bordo del yate de la familia Al Fayed, el Jonikal. Sólo iba a estar un par de días en París, antes de regresar a Londres para reunirse con sus hijos con motivo del inicio del curso escolar.

Desde la publicación de las fotos que confirmaban su romance con el empresario egipcio, los periodistas seguían todos sus movimientos sin descanso desde la localidad turística italiana de Portofino. Eran tantos los periodistas que los perseguían que habían renunciado a cenar en el bistrot Chez Benoit para hacerlo en el Hotel Ritz, en la Place Vendôme, donde tenían más privacidad para cenar y una salida trasera.

A los 20 minutos de la media noche (ya 31 de agosto), al acabar la cena, decidieron salir del hotel para encaminarse al apartamento que Dodi Al Fayed tenía en la Rue Arsène-Houssaye, cerca del Arco del Triunfo y los Campos Elíseos, donde pretendían estar más tranquilos de todo su entorno.

Dos coches salieron antes que ellos simulando llevarlos. Sin embargo no logró engañar a unos reporteros que los vieron subirse a un tercer vehículo (sólo el guardaespaldas,Trevor Rees Jones, se puso el cinturón de seguridad). El chofer Henri Paul (41 años) era el jefe de seguridad del hotel y tenía entre 1,75 a 1,85 gramos de alcohol por litro de sangre, según los dos primeros análisis, cuando el máximo autorizado por la legislación francesa es de 0,5 gramos por litro (más del triple de alcohol en sangre de lo permitido). Este vehículo era un Mercedes-Benz S280 1994 blindado, de base larga, de tercera generación y parte de la flota VIP del mismo hotel y es uno de los autos más seguros de la década de 1990.

Salen muy rápido por el acceso trasero del garaje donde los esperaban unos nueve fotógrafos que los persiguieron obligando al conductor Henri Paul a conducir a una velocidad entre 126 y 155 km/h para perderlos. Para cruzar el río Sena no utilizan la primera opción, sino que lo intentan por el túnel del Alma. El túnel del alma es un paso subfluvial del río Sena que posee cuatro carriles de los cuales dos son en un sentido y dos en el contrario. Los sentidos de los carriles están separados por columnas de hormigón armado. La velocidad máxima en el túnel es de 50 km/h.

Al ingresar al túnel del Alma, se encuentran con un Fiat Uno blanco que al venir a la velocidad reglamentaria, simula ser un objeto detenido. El conductor, realiza una maniobra brusca hacia la izquierda perdiendo el control de la limusina e impacta con el pilar 13 del túnel (a las 00:23 am). Realiza medio trompo y queda atravesado en el carril derecho. El Fiat Uno blanco que se encuentra con la limusina por delante cruzada, logra esquivarla por el carril izquierdo.

Con el impacto, Dodi Al Fayed golpea contra el conductor, Henri Paul, y ambos mueren en el acto. Diana también se precipitó hacia delante, quedando en el piso del vehículo y solo se rompió unos pocos huesos y se desgarró una vena que sangraba lenta e internamente en su pecho que le ocasionaría el paro cardíaco horas después. El guardaespaldas de Dodi, el único que llevaba el cinturón, Trevor Rees Jones sufrió varias lesiones en la cara.

En el lugar hay paparazzi que toman las primeras fotos en lugar de asistir, luego lo lamentaría su hijo menor, el príncipe Harry, en un documental realizado por la BBC.

Sin embargo la primera persona que asistió fue Frederic Mailliez, que se tropezó con la escena del accidente mientras conducía hacia su casa, estaba fuera de servicio. Observó que las dos personas del lado izquierdo del vehículo estaban aparentemente muerta mientras que la del lado derecho permanecían con vida. Diana estaba sentada en el suelo de la parte trasera del vehículo. No estaba sangrando pero estaba casi inconsciente y tenía dificultad para respirar. Comenzó a hablarle en inglés, diciéndole que era médico y que la ambulancia estaba en camino y que todo iba a estar bien. En cuanto los trabajadores de emergencia se hicieron cargo, dejó el lugar sin saber a quién estaba tratando.

Cuando el jefe de bomberos Xavier Gourmelon llegó al lugar del accidente tampoco sabía que era Diana de Gales, pero vio que estaba con los ojos abiertos y que todavía podía moverse y hablar, se volvió hacia él y le preguntó en inglés´, 'Dios mío, ¿qué ha pasado', como podía entenderla, trato de calmarla, la tomo de la mano y le pidió que no cerrara los ojos. Su compañero en el servicio de bomberos, Philippe Boyer, le puso a Lady Di un collarín cervical y una máscara respiratoria y la cubrieron con una manta isotérmica metálica. Su respiración era normal, su pulso era bueno y bastante fuerte, no había daños a la vista de gravedad.

Cuando la ambulancia acudió al lugar del hecho, Diana de Gales parecía herida pero estable, especialmente porque era capaz de mantener la comunicación. Mientras que todo el mundo estaba centrado en Rees-Jones, la vena estaba sangrando poco a poco en su pecho sin dar aviso previo.

La princesa de Gales, fue trasladada al hospital La Pitie Salpetriere, situado entre la catedral de Notre-Dame y la Gare d'Austerlitz. Ya en la ambulancia hacia el hospital, Diana empezó a perder gradualmente la conciencia y sufrió un paro cardíaco aunque el personal sanitario consiguió reanimarla.

Su ingreso en el centro médico fue a las 2:06. Inmediatamente se le realizó una radiografía de tórax donde detectaron una hemorragia interna muy grave para la cual se le practicó un drenaje torácico. No obstante, la hemorragia continuó y la princesa continuó recibiendo transfusiones de sangre en la sala de emergencias. Sobre las 2:15 de la mañana sufrió un segundo paro cardíaco, con lo que los médicos decidieron intervenir.

Mosef Dahman, de 56 años de edad, (es cirujano especializado en el tratamiento contra la obesidad pero aquella madrugada estaba de guardia), junto con Bruno Riou (el anestesista principal de servicio), comenzó el procedimiento para permitirle respirar. Su corazón no podía funcionar correctamente porque le faltaba sangre, ahí descubren un desgarro en el pericardio. A los dos médicos se unió el mejor cirujano cardíaco de Francia, el profesor Alain Pavie (a quien habían sacado de la cama), entonces descubren que su hemorragia interna provenía de un desgarro en la vena pulmonar superior izquierda. Anatómicamente, es algo que está escondido, en el centro del pecho. Las venas, que no tienen la misma presión que las arterias, sangran más lentamente; de hecho, tanto que cuesta identificar el problema. Y una vez identificado, es todavía más difícil de reparar. Pavie suturó la lesión pero el corazón de Lady Di se detuvo. Probaron descargas eléctricas, masaje cardíaco y le administraron adrenalina, pero no pudo volver a latir. La cirugía duró dos horas y fue declarada muerta a las 03:00 horas

Posteriormente, el cuerpo fue repatriado a Reino Unido y, tras el funeral, el ataúd fue trasladado por carretera a la finca familiar de Althorp. La princesa fue enterrada en una isla en el centro de un lago ornamental.

La investigación, que se llevó a cabo bajo la mirada atenta del mundo entero, concluyó que el accidente se debió al estado de ebriedad del chofer y a la alta velocidad a la que conducía, entre 126 y 155 km/h cuando ingresó al túnel. Aquí podemos notar la diferencia entre la causa del hecho vial y la causa de la fatalidad. Lo que se indicó fue la causa del hecho vial, sin embargo, la causa de la fatalidad fue la falta de uso del cinturón de seguridad. Sólo basta observar que todas las muertes de este hecho estan relacionadas con la falta de su uso.

Siete reporteros gráficos, seis franceses y uno de nacionalidad macedonia, fueron detenidos por la Policía, pero fueron sobreseídos.